Ante la enorme polémica suscitada por la explosiva combinación Eurocopa, fútbol, crisis económica, hinchas borregos, celebraciones desproporcionadas, primas (de riesgo y de las que se van a llevar los jugadores), 9 puro o falso 9, si Del Bosque debería RECORTARSE (Rajoy le ayudaría… festival del humor) el bigote, etc, etc… me veo en la obligación de ofrecer mi opinión, poner un poco de cordura y sensatez en toda esta discusión y, como suele ser habitual, sentar cátedra respecto al asunto en cuestión J
Si lo analizamos desde un punto de vista racional, con frialdad y madurez, esta mañana cuando me he levantado aún había cinco millones de parados, seguíamos siendo un país de pandereta gobernado desde tiempos inmemoriales por mangantes e incapaces (reelegidos, por cierto, hace solo unos pocos meses por nosotros mismos), los banqueros y las grandes corporaciones seguían siendo los verdaderos gobernantes de esta “democracia” y el sistema que rige el mundo continuaba siendo terroríficamente injusto e inmoral. Pero también es verdad que millones de personas eran, aunque fuera por un motivo más o menos trivial, más felices; que en las portadas de los periódicos de todo el mundo se reflejaba que un grupo de chavales que representan a un país que lo está pasando muy mal, hacen su trabajo increíblemente bien y que, además, son un ejemplo para la sociedad por su esfuerzo, capacidad de trabajo, dedicación, honradez y humildad. Y que esa es la imagen que estos días se proyecta en el mundo de España. Aunque esto no vaya a solucionar ningún problema (al menos de los graves, habría que preguntarles cómo les viene todo esto a los pequeños comerciantes que tienen una tienda de deportes, a los bares, quiosqueros que venden banderitas y bocinas, etc…), no creo que eso sea perjudicial para nadie, más bien al revés. Pero parece que hay a mucha gente que todo esto le parece terriblemente mal. Supongo que, de alguna forma u otra, sus razones de peso tendrán.
Desde una perspectiva mucho más irracional y emotiva he de decir que, pueda resultar estúpido o no, desde que era un puto enano una de mis grandes ilusiones era que España ganara una Eurocopa o un Mundial. Sin embargo, todos los recuerdos que tengo de la selección de aquellas épocas que, felizmente, corresponden a un pasado ya muy lejano, son de fracasos, desgracias, robos, victimismo e incapacidad total para hacer algo importante (ya no digo ni ganarlos) en los grandes torneos. Y que ya estaba hasta los huevos de toda esa mierda. Y que ahora que puedo disfrutar de una de las mejores selecciones de la Historia del fútbol, lo que me apetece es cantar los goles y los títulos de este equipo gritando como un loco, brincando, bailando en medio un bar o de la Castellana, abrazándome con gente a la que no conozco de nada y pasármelo tan bien como ayer, como hace dos años cuando ganamos el Mundial o como hace cuatro cuando empezó a gestarse todo esto. ¿Es propio esto de un ciudadano inteligente, culto, comprometido con los problemas de esta sociedad y con la lucha contra los males que azotan el mundo? Seguramente no. Pero me la pela. Ya lo he dicho al principio del párrafo: pura irracionalidad y fanatismo…
Hablemos ahora de temas más trascendentes. El verdadero problema de este país no son los jugadores de la Selección, ni las primas que se van a llevar, ni los que ayer siguieron el partido por televisión, ni los que después se fueron (nos fuimos) a celebrarlo. La culpa es de los casi 20 millones que hace solo unos meses legitimaron con sus votos este sistema demencial en el que vivimos, y de los otros millones que se quedaron en su casa en lugar de ir a votar…
¿Es indecente lo que pasó ayer en este país? No lo sé. ¿Es indecente que la gente se vaya de vacaciones con lo mal que lo están pasando muchísimos compatriotas? ¿Por qué no donan su dinero a esas personas que lo están pasando tan mal? Y qué decir de los que hacen colas durante horas para ir a ver un concierto de su artista favorito, o los que se gastan cada fin de semana el dinero en tomar copas y salir de juerga... ¿Son ellos también gilipollas? Por supuesto que sí. Todos lo somos. Somos seres humanos, lo llevamos en los genes.
