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Caso Zapata: hipócritas, estúpidos e hijos de puta

Querido lector, ahora que he conseguido captar tu atención con mi sutil titular, lo primero que quiero decirte es que, a pesar de la rabia que me corroe desde que saltó a la luz el tema Zapata, tengo la intención de mantener una corrección absoluta en las formas. No lo hago para evitar la posibilidad de ser portada de todos los medios de comunicación en un futuro cercano, o por si acaso la policía decide investigar si mis palabras son constitutivas de delito. Lo hago porque me da la gana y para demostrar que, en general, las personas que están (estamos) luchando por el cambio en este país (como Guille Zapata) son ejemplares, y que merecen mucho más la admiración y el respeto de sus conciudadanos que sufrir una cacería mediática.

Creo que el caso Zapata es extremadamente complejo, ya que se pueden establecer diversos debates paralelos y no todos ellos relacionados directamente entre sí. Por ello voy a dividir este post en varios puntos. 1) ¿Es lícito el humor negro expresado con crueldad? 2) ¿Recurrir a él te convierte en mala persona? 3) ¿Su utilización debe conllevar responsabilidades políticas? ¿Y legales? 4) ¿Cuál es el fin de esta cacería mediática? Y, por último, 5) ¿es España el país más hipócrita del mundo?

¿Es lícito el humor negro expresado con crueldad?
Acerca de la utilización del humor negro, he de decir que me encanta. De hecho, me parece el humor más inteligente que existe, tal vez, por eso algunos son incapaces de entenderlo. La lista de intelectuales y de genios del humor, de la literatura, del cine e, incluso, de la música, que han hecho uso de él sería interminable. Para mi la clave es dónde está el límite de la crueldad en este tipo de humor. En mi opinión no hay límite. Cualquier salvajada es lícita si se hace en tono de broma. Tal vez sea porque yo estoy muy acostumbrado a reírme de mí mismo, o a tolerar todo tipo de bromas sobre mi persona, sin tomármelas a mal, por muy crueles que puedan parecer.
Pero no todo el mundo es como yo, y hay que tener en cuenta que existen personas que tienen una sensibilidad diferente a la mía, y que pueden ser más frágiles, o más susceptibles. Por ello, por respeto a estas personas que se pueden sentir terriblemente heridas o humilladas por esta clase de bromas creo que hay que ser muy cuidadoso. De ahí el peligro de usarlo en las redes sociales. En ellas, absolutamente todos los usuarios son público objetivo, por lo que es prácticamente seguro que entre ellas habrá personas a las que les duela. Por ello, defiendo el humor negro y cruel solo en el ámbito estrictamente privado.



¿Recurrir a él te convierte en mala persona?
Uno de los hechos más mezquinos y vergonzantes (probablemente el más mezquino y vergonzante de todos) de esta cacería mediática, es tratar de presentar a Zapata como antisemita, racista, filoetarra, o cualquier otra salvajada que se le pueda pasar por la cabeza a algún insigne tertuliano o columnista.
Es decir, tratar de hacer creer a la sociedad que lo de Zapata no son chistes o comentarios jocosos más o menos afortunados, sino que entroncan con su forma de pensar. Se trata de una estrategia perfectamente planificada. La crueldad y la maldad de las personas que están tratando de llevarla a cabo es de tal magnitud que no pienso desperdiciar más tiempo en ellos. Su Dios les juzgará.
Por otro lado, lo entiendo perfectamente. Es su último recurso. La última bala que les queda a algunos para tratar de parar lo que ya parece inevitable: perder definitivamente todos sus privilegios económicos y/o su capacidad de abuso sobre los ciudadanos. Y saben que eso conllevará sobre su persona, o sobre la de sus amigos, o sobre la de sus amos, investigaciones policiales y, en muchos casos, la cárcel.
A algun@s, como a Esperanza Aguirre, les podría venir muy bien en el futuro para poder justificar que su detención no se produce por asuntos de corrupción, sino por su ideología política. De ahí la mención reiterada a los presos políticos en Venezuela.
Lo peligroso del asunto es que ese tipo de técnicas funcionan. Lo sé bien porque soy periodista y he estudiado las técnicas de manipulación social. Además, los españoles somos un pueblo muy impulsivo y bastante manipulable.

¿Su utilización debe conllevar responsabilidades políticas? ¿Y legales?
Creo que si un cargo público ya investido realiza ese tipo de comentarios debe ser cesado fulminantemente. Ocupar un cargo público conlleva una responsabilidad política, social y moral mucho mayor que la de cualquier otro ciudadano. Por tanto, no son admisibles ni tolerables ciertos comportamientos.
Pero resulta que estos tweets fueron escritos hace años. En mi opinión esa responsabilidad no puede ser, en ningún caso, retroactiva. Esa es la razón por la que, desde algunos medios, se trata de hacer creer que Zapata comparte el fondo de esos chistes. No pueden exigirle responsabilidad política por algo que hizo hace años, por eso tienen que tratar de hacer pensar a la gente que Zapata es un monstruo y que una persona así no puede ejercer como edil en el Ayuntamiento de Madrid. La bajeza moral de estos personajes es vomitiva.
Sin embargo, creo que el humor es un asunto plenamente relacionado con la cultura, por eso sí me parece apropiado que Zapata no ocupe esa cartera en el Consistorio madrileño. Más aún, cuando la propia alcaldesa ha afirmado categóricamente que a ella no le gusta el uso de ese tipo de humor cuando este es cruel, como es el caso de los comentarios de Zapata. Por lo tanto, me parece razonable que Carmena quiera que la persona que se ocupe del área de cultura esté en total sintonía con ella en ese aspecto. Más aún, después de la alarma social generada. Por tanto, me parece acertada la decisión de apartar a Zapata de dichas responsabilidades, pero mantenerle como concejal.
A pesar de que ello va a darle más alas a los cazadores y a prolongar el asunto en el tiempo. Tal vez nos perjudique políticamente, pero es una cuestión de dignidad y justicia.  

Respecto al tema legal, parece que la policía ha abierto una investigación, por si acaso los comentarios de Zapata pudieran ser constitutivos de delito. A este respecto, solo un comentario: como haya que investigar policialmente a todo el mundo que haya contado o publicado en redes un comentario o chiste similar, no va a haber suficiente policías en España para investigar, ni cárceles lo bastante grandes como para meterlos a tod@s. Aún así, no descarten que el insigne Ministro del Interior, don Jorge Fernández Díaz, ordene dedicar todos los recursos del Estado a esta labor en los próximos meses, aunque para ello haya que retirar a la policía de las calles y meterles en una salita a analizar tweets de aquí a las generales. Todo con tal de no perder el poder. 
No lo descartéis. Ya os digo que estos tipos se juegan pasarse varios años a la sombra. Y la vergüenza hace ya tiempo que la perdieron.

¿Cuál es el fin de esta cacería mediática?
En mi opinión, solamente uno. Criminalizar a los agentes del cambio en este país para no perder definitivamente el poder en la totalidad de las principales instituciones del Estado. Y, ya de paso, mandar un mensaje a los chavales que se estén planteando participar más activamente en política. “Como mováis un dedo, al más nimio error, os vamos a intentar joder la vida”.
Todo ello, con el fin de que no se puedan investigar más a fondo (más aún si cabe) sus presuntos delitos, que conllevarían, casi con total seguridad, la entrada en prisión (Luis sé fuerte. Hacemos lo que podemos). Se trata de intentar salvar el pellejo como sea. Y cuando las personas ven su pellejo peligrar están dispuestas a hacer lo que haga falta. Literalmente hablando.
Zapata ha sido el primero. Los demás van a ir detrás en cascada. Pablo, Rita... la lista no tiene fin. Y cuando se acabe, volverán a Monedero, ETA, Venezuela y vuelta a empezar. Habrá que estar muy vigilantes. Como digo, creo que están dispuestos a hacer lo que sea necesario. Ya no pueden sacar los tanques a la calle como en el 36. Ya no tienen a Hitler y a Mussolini para ganarles la guerra, pero existen recursos como un “tamayazo” encubierto, sometiendo al PSOE a una presión brutal, que no estoy seguro de si aguantarán o, directamente, realizar un “MarioMonti” con la ayuda y la complicidad de la UE. A fin de cuentas, en Italia les salió bien.  
  
¿Es España el país más hipócrita del mundo?
Bien, llegamos al punto en el que más me va a costar contenerme. Tomaré aire profundamente, contaré hasta diez…
Venga, allá vamos.
Vivo en un país en el que me he criado desde que era niño escuchando chistes sobre negros, gitanos, moros, mujeres, maricones, víctimas de ETA e, incluso, solo unos días después del 11-M, sobre el atentado de los trenes de Atocha (El Metro de Madrid vuela).
Por supuesto que tod@s aquell@s que ahora se llevan las manos a la cabeza por el caso Zapata, jamás, repito, jamás, han contado o se han reído de un chiste de este tipo. Es más, estoy seguro de que cuando eso ha sucedido, ellos le han afeado la conducta a su interlocutor, o han acudido a una comisaría de policía a denunciarle. Incluso si el chiste lo ha contado un amigo, un hermano, un tío, un padre o su cuñado. Los españoles somos un pueblo muy serio, educado y respetuoso con estos temas.
También recuerdo algún gag en TVE acerca de una mujer maltratada en el especial de Nochevieja de Martes y 13. Solo había una cadena. Más de 20 millones de españoles lo estaban viendo. Nadie se rió. Todo el mundo se quedó petrificado al verlo. Las llamadas a las comisarías de policía colapsaron las líneas. De hecho, se suspendió aquella Nochevieja. Yuste y Millán fueron repudiados y nunca más volvieron a aparecer en televisión y el odio de los españoles quedó marcado a fuego en sus vidas.
Pero claro, es que ni tu amigo, ni tu hermano, ni tu tío, ni tu padre, ni tu cuñado, ni Martes y 13 eran agentes protagonistas del cambio. Ni habían puesto en peligro su privilegiado modo de vida.
Para entenderlo mejor, os recomiendo una obra maestra de la televisión. Se llama Los Soprano.