Antes de nada y para que vayan quedando claras algunas cosas, quiero proclamar (eso sí, con gran vergüenza), que soy de izquierdas. “¡Ohhh, un seguidor de las hordas del comunismo, fan de Stalin, Fidel Castro,
Pol Pot y Hugo Chávez!”, exclamarán muchos llevándose a las manos a la cabeza. No, tranquilos señores, no hay nada de eso. De hecho, a lo largo del Blog trataré de explicar con profusión y todo lujo de detalles: a) qué es lo que yo entiendo por izquierdas (término político que, al igual que derecha o centro, me parece de un simplismo descomunal, sobre todo cuando lo que se pretende es explicar la ideología de una persona, con sus miles de matices y detalles); b) por qué no soy tan malo como a simple vista puedo parecer y; c) como puede que, incluso, en muchas cosas la izquierda (y más concretamente la socialdemocracia: ver países escandinavos), es buena para la inmensa mayoría de la sociedad.
Aunque claro, grandes políticos europeos llevan tratando de hacer eso durante décadas sin, aparentemente, mucho éxito (no hay más que ver el actual mapa político europeo, donde los Gobiernos de izquierdas brillan por su ausencia). Pero, ¡qué demonios! ¿No voy a resignarme antes de empezar, verdad? Por si acaso, no pondré fotos mías ni daré excesivos datos sobre mi persona no vaya a ser que a alguno de los “grandes defensores” de la democracia y el Estado de Derecho (como aquellos que le decían a Pilar Manjón que se metiera a su hijo por el culo), les vaya a dar por tomar represalias.
Eso sí, muchas veces pienso que, ante el alto grado de intelectualidad y coherencia demostrado por los grandes estadistas de la derecha mundial, poca cosa puedo aportar a la causa: mi retrógrado pensamiento no haría más que retrasar el progreso, tanto nacional como mundial. Por ello (con el fin de no incordiar mucho metiéndome en política) es por lo que he decidido recluirme en las cloacas de la información y la opinión. Esas sucias, demagógicas y antidemocráticas creaciones de Satanás llamados Blogs.
Señalar que aquí van a recibir estopa todos los políticos (unos más que otros, claro). Aunque, para empezar, me gustaría que todos mis lectores hicieran una reflexión. A día de hoy, parece ser que Zapatero es el peor presidente de la Historia de la democracia, superando incluso a Áznar, el señor que nos llevó a la guerra de Irak y que nos mentía como un bellaco tras los atentados del 11-M. Actos con lo que logró “ganar” a Felipe González, que acabó sus días de Presidente como el mayor corrupto de la Historia del mundo mundial, además de como el creador de los GAL (por lo que se presupone que también era un asesino). González era el sucesor de Suárez, que ahora recibe un reconocimiento casi unánime de la sociedad, pero que fue abandonado por su propio partido y vilipendiado por los medios de comunicación durante los últimos meses de su Gobierno…eso sin mencionar que parte del Ejército le despidió con un cariñoso Golpe de Estado.
Vaya, parece ser que los vamos encadenando uno tras otro. Extraño, ¿no? Especialmente, considerando el grado de inteligencia del que estamos dotados los españoles y, sobre todo, teniendo en cuenta que somos NOSOTROS Y NADIE MÁS QUE NOSOTROS –lo pongo en mayúsculas para los miopes y para que a nadie se le pase por alto a la hora de realizar nuestras habituales y constructivas críticas-, quienes les encumbramos al poder, tanto con nuestros votos, como con nuestra indiferencia y dejadez. ¿No tendremos nosotros entonces algo de culpa de lo que pasa? ¡¡NO, POR SUPUESTO QUE NO!! ¡¡PERO POR DIOS, QUE DESFACHATEZ!!
“Cada pueblo tiene a los gobernantes que se merece” Winston Churchill