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Blanca, bonita (y caótica) Navidad

Respecto a las molestias que muchos españoles sufrieron ayer, debido a las pésimas condiciones meteorológicas que derivaron en abundantes nevadas sobre la zona centro del país, me gustaría realizar varias consideraciones:

1) Que el hecho de que una ciudad sufra graves problemas de movilidad por culpa de una nevada sólo es noticia de apertura de los telediarios cuando esa ciudad es Madrid. Debe ser que el resto de poblaciones españolas no sufren nunca ese tipo de inconvenientes.

2) Que todo el mundo está en su derecho de exigir a las autoridades que estén preparadas para solucionar eficazmente este tipo de circunstancias. Me parece muy razonable que a nadie le guste quedarse atrapado durante horas en una carretera, o llegar tarde al trabajo. Y, además, estoy seguro de que todas las administraciones: Ayuntamientos, Comunidades Autónomas y Ministerio de Fomento, podrían haber hecho mucho mejor su trabajo en el día de ayer. La cuestión es, ¿merece la pena realizar la inversión que ello requiere en ciudades en las que nieva de forma relativamente fuerte solamente dos o tres días al año? ¿A qué estamos dispuestos a renunciar a cambio (porque esa inversión hay que pagarla)? O, si no, doy por hecho que a nadie le importará que nos suban un poquito los impuestos para poder sufragar dichas inversiones.


3) Que me juego una mano (y no la pierdo) a que más del 75% (y estoy seguro de que me quedo corto) de las personas que ayer cogieron su coche para ir al trabajo podrían haberlo hecho en transporte público. Me juego una pierna (y creo que tampoco la pierdo) a que la inmensa mayoría: a) pudieron comprobar antes de salir de sus casas que había nevado bastante y que las carreteras no estaban en buenas condiciones para coger el coche; b) que en todas las televisiones advertían desde primera hora de la mañana que no se usara el transporte privado a no ser que fuera IMPRESCINDIBLE; c) que ni siquiera hacía falta que a nadie le avisaran de nada, porque bastaba con tener un mínimo de sentido común. Pero, eso sí, y lo calentito y lo cómodo que se va en el coche oyendo la radio, ¿eh? Eso sí que no tiene precio

4) Que, como no, ayer se siguió una de las tradiciones españolas más arraigadas: el auto menosprecio y el elogio (por desconocimiento) de lo que ocurre en estos casos en otros países. “Es que parecemos tercermundistas. Esto no pasa ni de coña en el resto de Europa”. Bueno, pues antes de hablar, lo mejor es informarse. Dejo aquí algunos ejemplos de lo que, frecuentemente, ocurre en casos similares en grandes ciudades europeas como París, Milán o Londres.


5) Que la nieve, además de dejarlo todo muy bonito, es una putada. Y que cuando nieva, hay problemas. Y que aparte de tratar de llevarlo lo mejor posible, hay que usar un poquito la cabeza y tratar de colaborar en vez de, simplemente, despotricar contra los políticos. Y que seguro que TODOS, repito TODOS (o casi todos) colaboramos ayer un poquito a crear el pequeño caos que se formó.

6) Que como siempre, en su afán constructivo, el PP culpó de todo al Gobierno…¡a pesar de que muchas de las carreteras que quedaron colapsadas eran competencia de administraciones gestionadas por su partido, como el Ayuntamiento o la Comunidad de Madrid!

7) Que como nos gusta en este país el criticoneo ajeno y la autocomplacencia propia (continuará…).

1 comentarios:

LMR dijo...

Si, pero ojalá te quedes incomunicado por la nieve en tu pueblo!!!

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