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Rafael Nadal no existe

Rafael Nadal no existe. Rafael Nadal no es de verdad. Rafael Nadal no ha ganado doce torneos de Grand Slam. Ni ocho Roland Garros de manera prácticamente consecutiva. Ni tiene un porcentaje de victorias de un 93% sobre tierra batida. Ni ha disputado cinco finales de Wimbledon seguidas. Ni es el jugador que más Masters Series ha ganado, un total de 24... con tan solo 27 años.

Tampoco disputó el partido más extraordinario y épico de la Historia del tenis. Aquel en el que, tras siete horas de partido contando las interrupciones por la lluvia, acabó derrotando por 9-7 en el quinto set y cuando la noche ya caía sobre el All England Club Tennis de Londres, al jugador más puro y extraordinario que jamás ha visto el mundo del tenis. Y en su propia casa. En la que el magistral jugador suizo permanecía imbatido desde tiempos inmemoriales. En la superficie que había dominado con puño de hierro (más aún incluso que Nadal la tierra batida) durante todo un lustro. No, aquello no pasó señores.


Como tampoco fue real aquella remontada contra Federer en 2006, en Roma, cuando Nadal aún era Rafa, no Rafael, un churumbel sin apenas experiencia, perdía 5-2 en el quinto set y, tras salvar dos bolas de partido, llevo el encuentro al tie-break para acabar derrotando al suizo. Tampoco hizo llorar de impotencia ("It's killing me") al jugador más grande de todos los tiempos, en Australia, tras otra de las mejores finales de la Historia de los Grand Slam. Ni existió aquella semifinal de los Juegos de Pekín en la que batió a Djokovic en la superficie favorita del jugador serbio para después bañarse en Oro Olímpico. Todo eso no ha sucedido jamás.


Es imposible que un deportista que ha tenido tantos y tan graves problemas físicos pueda recuperarse una y otra vez de esa forma. Que pueda seguir realizando esas exhibiciones físicas durante 4 o 5 horas seguidas. No es posible que, cuanto más grave sea la lesión, más poderoso sea el regreso. Ni volver a las canchas tras estar más de medioa año lesionado, jugar nueva finales consecutivas y ganar siete de ellas. Ni que, después de eso, siga siendo una persona tan humilde como para seguir manteniendo que lo único que él hace, a fin de cuentas, es pasar bolas por encima de una red. Tampoco es real esa capacidad inhumana de sacrificio, ese inmenso espíritu de lucha, esa mentalidad de acero que le impide rendirse jamás, por imposible que parezca la proeza. No, no, no. No se hagan líos. Todo eso no es cierto.


Definitivamente, es imposible. Es demasiado bonito para ser cierto. Para ser real. Solo es un sueño. Uno de esos sueños tan maravillosos en los que, cuando te despiertas, aún tienes una enorme sonrisa en la boca.  

Arbeloa y su defensa de José Mourinho

Una vez concluido el periplo de José Mourinho en el Real Madrid, parece que ha llegado la hora de los balances. El mío me lo voy a ahorrar, pues es de sobra conocida mi opinión y tampoco es cuestión de ensañarse con la pobre criatura.


Escribo este post porque me ha parecido muy curiosa la opinión de Álvaro Arbeloa con respecto al asunto. Y me lo parece, primero, porque por lo que sé tiene muy buena relación con los jugadores españoles del Madrid (los mayores detractores del entrenador portugués) y, especialmente, con Casillas; segundo, porque este buen hombre ya ha hecho todo lo que tenía que hacer en el fútbol: ha ganado todos los títulos nacionales, dos Eurocopas y un Mundial y, por edad y por dinero, no creo que tenga ninguna necesidad de andarse con peloteos hacia nadie; y tercero, porque me parece admirable que, después de todo lo que ha pasado, algún jugador del Madrid tenga los huevos de salir y hacer esas declaraciones. Creo que Arbeloa está delirando, pero que es algo que le honra, pues con ellas tiene mucho más que perder que que ganar.

Pues bien, dice Arbeloa en declaraciones a La Sexta que todo lo que ha hecho Mourinho ha sido siempre pensando que era en beneficio de su club. Bien, vamos a suponer que Arbeloa esté en lo cierto y que la loable intención de Mourinho no haya sido más que sacrificarse por el club que le paga y demostrar así su gran profesionalidad.

El primer pero sería que, de ser eso cierto, entonces es que Mourinho está loco o tiene un grave problema mental. Me explico: si Mourinho piensa que meterle el dedo en el ojo por la espalda y delante de las cámaras de televisión de medio mundo al segundo entrenador del equipo rival es algo que beneficia a su equipo, es que algo no rige bien en su cabeza. Si considera que, plantarse acto seguido en la sala de prensa (de nuevo, ante los medios de comunicación de todo el planeta) y referirse a esta persona como "Pito", sabiendo perfectamente que ese no es su nombre, y siendo plenamente consciente del significado peyorativo que esa palabra tiene en castellano, y pensar que eso beneficia a su club, es que algún cortocircuito tiene que haber por ahí dentro. Si el señor Mourinho cree que ir al párking de un estadio a buscar al árbitro para recriminarle su actuación es de alguna forma positivo para el Real Madrid, es que desvaría mucho. Si cuando don José criticaba (siempre de forma victimista) a la afición, medios de comunicación, estamentos federativos tanto españoles como europeos, árbitros y jugadores (propios y ajenos), pensaba que hacía una gran labor para el club es que, evidentemente, él y yo habitamos mundos paralelos. Por el tema de salir a saludar y recoger una placa de una banda fascista como son los Ultras Sur (por mucho que te hayan apoyado) voy a pasar de puntillas porque parece que se ha convertido en una (asquerosa) tradición...  
Segundo pero: a lo mejor, tal vez, no sé, quizás... una persona que no tuviera un ego desmedido, a pesar de creer estar haciendo lo mejor para su club, podría pararse a reflexionar el por qué la mayoría de la gente piensa todo lo contrario. Es decir, que tu puedes estar convencido de ser la reencarnación del bien, pero si la práctica totalidad de las personas están en desacuerdo contigo... no sé, tal vez deberías replantearte las cosas.

Tercero: parece como si Arbeloa quisiera exculpar a Mourinho. Tal vez se haya equivocado, pero como él lo ha hecho totalmente convencido de que hacía lo mejor, pues tiene excusa. Eso me parece que es el equivalente a decir que como los terroristas de Al Qaeda están completamente convencidos de que sus actos son justos y correctos, pues entonces no se les debería criticar. Total, más sacrificados que ellos que están dispuestos a volarse por los aires en pos de defender aquello en lo que creen...

Así que, Arbeloa podrá decir lo que quiera, pero yo pienso que todas y cada una de las cosas que hace el señor Mourinho las hace porque, básicamente, cree que le benefician a él y nada más que a él... Bueno, sobre todo a su ego de justiciero maltratado e incomprendido.