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Madrid 2020, los Juegos Olímpicos y el paletismo extremo

Hace mucho tiempo que no me prodigaba por aquí. No os voy a engañar, esta va a ser la tónica habitual en el futuro. En el último año he vertido aquí tantas gilipolleces, tantas miserias, tantas cosas que no debería haber compartido con nadie más que conmigo mismo, que le he cogido un poco de manía a este blog. El pobre no tiene la culpa, así como tampoco mi gran legión de seguidores ;) pero es lo que hay. A partir de ahora, me dejaré caer con cuentagotas, solo en ocasiones especiales y en fiestas de guardar. 

Y ayer lo fue. No solo por la posibilidad de que mi ciudad fuera nombrada sede olímpica, una de las mayores ilusiones de mi vida, sino porque me pareció el resumen perfecto de los graves problemas que arrastra desde hace siglos este país.

¿Es una buena idea acoger unos Juegos Olímpicos? 

En primer lugar, quiero hablar de todos aquellos que no querían que Madrid fuera elegida por el COI como sede de los Juegos de 2020. Les comprendo perfectamente, pero no comparto sus razones. Organizar unos Juegos Olímpicos (ya haya crisis o no, ya sea más importante gastar el dinero de los contribuyentes en otras cosas más importantes) no me parece en sí ni especialmente bueno, ni especialmente malo. La clave no es esa amiguitos, la clave de todo, de si merece la pena organizar unos Juegos, de si ello va a traer grandes beneficios o enormes penurias, no es la celebración de estos, sino la forma de organizarlos. 

Me explico, acoger unos Juegos puede ser tremendamente beneficioso para toda la sociedad si se hacen las cosas bien. Visto lo visto durante estos días, casi mejor que no nos los hayan dado. Pero la culpa no es ni de los Juegos Olímpicos ni de todo lo que conllevan, sino de aquellos que se encargan de desarrollarlos. En este caso, las instituciones españolas. Y estas instituciones han demostrado una incapacidad manifiesta. Pero eso sí, no nos hagamos cruces ahora. Estos tipos están ahí porque nosotros les hemos puesto (y que nadie me diga que a Ana Botella nadie la eligió como alcaldesa, porque estará demostrando su completa ignorancia acerca del funcionamiento del sistema democrático español; Botella recibió en las pasadas municipales tantos votos como Gallardón, ni uno más ni uno menos; y si piensas que eso es injusto, haz algo por cambiarlo, que está en tu mano), sino porque nosotros les hemos votado. Tanto a estos, como al resto. Y todo esto me lleva de cabeza directo al fondo de la cuestión de este post: el vergonzante espectáculo que hemos mostrado al mundo durante toda esta semana en Buenos Aires.

¿Ha sido injusta la decisión?

Que teníamos el mejor proyecto es algo indudable. Hasta los miembros del COI lo reconocieron en sus puntuaciones técnicas, dando a Madrid la mejor nota de las tres candidaturas: instalaciones deportivas prácticamente nuevas y de gran calidad, una de las mejores redes de transporte de Europa, la villa olímpica y el estadio olímpico a diez minutos del aeropuerto (aspecto clave). Además, pocas ciudades del mundo pueden ofrecer, en el aspecto turístico, cultural y social lo que ofrece Madrid (y no, no me refiero a una "cup de cafe con leche in la Plaza Mayor"). 

Pero es que, el proyecto en sí no es lo único importante. Desde el mismo momento en que los miembros del COI, es decir, los que al final van a decidir, son informados de que esa señora llamada Ana Botella es la alcaldesa de Madrid, la persona elegida por la mayoría de los madrileños (con sus votos o con su desidia a la hora de elegir a otra persona más capacitada) para regir sus destinos, los Juegos están perdidos. No es la única razón, pero sí el ejemplo perfecto, el mejor resumen de que, definitivamente, algo funciona muy mal en esta ciudad y, por extensión, en este país. 

Creo que es imposible hacer el ridículo de forma más flagrante. La presentación de ayer fue, cuando menos, dantesca. Ya no es solo su lamentable inglés. Es su forma de hablar, mezcla de niña de 12 años y psicópata sanguinaria (esa sonrisa que llevaba puesta producía auténtico pavor), su forma de dirigirse a los miembros del COI, como si estuviera hablando con retrasados mentales. Seguramente no es culpa suya, aquí lo hace constantemente y le funciona bastante bien. Y si no, mirar hasta dónde ha llegado. Pero por desgracia, por muy corruptos que sean los miembros del Comité Olímpico Internacional y muy sujetos a intereses particulares que estén (esto daría para otro post entero. Lo más inteligente para la próxima sería mandar a Urdangarín y a Bárcenas con una pila de sobres repletos y deslizarles que durante los Juegos va a haber coca y putas gratis para todos), a diferencia de los votantes españoles y madrileños, estos no son gilipollas.

Pero la derrota ya se había empezado a gestar días antes. El espectáculo de la conferencia de prensa de la delegación madrileña en los días previos, en los que, delante de los medios de comunicación del mundo entero, los miembros de la delegación interpretan algo parecido al camarote de los Hermanos Marx (Botella contestando a algo que no tiene nada que ver con lo que le han preguntado porque no ha entendido la pregunta, el presidente del COE diciéndole, con el micrófono abierto, que no se entera de nada y que si quiere responde él, ese "no listen the ask"...en fin, creo que es digno de estudio...), establece el límite entre el "que graciosos son estos españoles " y el "esto es un despropósito de tales magnitudes que no les echamos ahora mismo de aquí por pura educación".

Podría hablar también de Mariano, que se creía que estaba dando un mitín en Vilanova de Arousa ante un grupo de palmeros. O de todos los demás (que si no va a parecer que tengo un pelín de tirria al PP, pero recordar que el PSOE se ha volcado con el proyecto y que las dos elecciones pasadas las perdimos con un gobierno central "socialista"). Pero creo que ya ha quedado bastante clara mi postura. Solo salvo al Príncipe (cada vez estoy más convencido de que Juan Carlos debería abdicar y de que Felipe VII va a ser un gran Rey), a Samaracnh Jr. y los deportistas desplazados hasta Buenos Aires.         

Perdimos porque todo está amañado

Y, para acabar la faena, otra muy "typical spanish". La justificación de la derrota. No hemos perdido porque seamos un país de pandereta y porque nuestros representantes públicos den vergüenza ajena (lo de ayer en Telemadrid fue de risa, con la presentadora y los comentaristas al borde la rabieta, diciendo que si estaba claro que la elección no se basaba en valorar el mejor proyecto, que si la rotación de continentes, que si los intereses de los patrocinadores...), sino porque la elección del COI "responde a intereses políticos" y porque nos tienen manía. Nosotros éramos los mejores, lo habíamos hecho todo cojonudamente bien y nos han tangado. Típica reacción infantil y victimista, que no solo no nos ayuda a salir de los problemas, sino que los agrava todavía más. Nos la tenían guardada desde que se eligió la sede del 2016 y se la han cobrado.      

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